jueves, 14 de febrero de 2013

Crepúsculo


A Tico
Andaba con silencio inalterable, queriendo pasar como cualquiera sin ser vista, entre el ruido de los carros y la gente, pero sabía escuchar la música del mar cuando las olas rompen en la orilla. Comía guayabas verdes, con la esperanza hecha un espantajo, y soñaba con túneles sin luz. No veía nadie, acaso porque no tenía a quien buscar. Tampoco sospechaba de alguien, también camuflado en lo ordinario, que igual se escurría como mustio arroyuelo. Un día se sorprendieron con el alma en el rostro, como regando lirios blancos, en el verdadero principio de su propio camino.

1 comentario:

  1. Bueno, Yanetsy, parece que se encontraron. Ya ese crepúsculo tiene algo hermoso que contar a sus hijos.

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