Nace
este blog, en el momento preciso. Antes me resistí a alumbrarlo,
porque lo sabía prematuro. Hace unos días comenzó a dar cada vez
más amorosas pataditas en el vientre, como premonición de este 28
en que me ha ofrecido la mayor felicidad de enero.
La
simiente martiana fecundó un inefable trozo mío, de ahí su nombre,
La dicha verdadera, que aspira condensar una de sus más bellas
valoraciones de la función social de la cultura.
Era
25 de marzo de 1892 cuando el Apóstol cubano trazó las coordenadas
que con humildad sintonizo, desde la emoción y el tibio abrigo para
él de una noble institución obrera:
“La
Liga” de New York es una casa de educación y de cariño, aunque
quien dice educar, ya dice querer. En “La Liga” se reúnen,
después de la fatiga del trabajo, los que saben que sólo hay dicha
verdadera en la amistad y en la cultura (…)”.
Por
eso deseo que este blog también sea un ámbito de realización
humana, un espacio plural, siempre dispuesto a compartir ideas, al
disentimiento respetuoso, en definitiva, a la polémica. Además
invito a desconfiar de las historias que no nos motiven y, sobre
todo, a dudar, porque, como aprendí de un lúcido cineasta, la duda
es indispensable para crecer.
Propongo
desterrar los resquemores para que nuestro encuentro sea un tributo
constante a Martí, para que vea en nosotros a sus amigos de La Liga,
en este mundo esquizofrénico donde hacen mucha falta “los que han
oído la voz interior que manda tener encendida la luz natural, y el
pecho, como un nido”.
Yane: ¡enhorabuena!... porque somos muchos los dispuestos a recibir en nuestro nido tu luz... intenta no faltarnos cada lunes porque nosotros y Cuba necesitamos de más gente como tú en este mar inacabable donde, de seguro, Martí, que es nuestro faro, no hubiera dejado de navegar por y hacia su Isla
ResponderEliminarGracias, Daicar por llegar hasta aquí. Espero no faltar ninguno de los días, por martiano compromiso, aunque falten las palabras.
ResponderEliminar