viernes, 29 de marzo de 2013

Viernes santo


No quiero hablar de la muerte, sino de la ausencia de vida un día como hoy que algunos celebran como divino. Este viernes magulla el vacío por mi primo Iván y detona el pistoletazo de diciembre en vez de la luna dulce de marzo, cuando Lennon y Yoko instaban al amor y no a la guerra desde la suite presidencial del Hotel Hilton.

Iván nunca fue santo de nada, acaso por ser mala cabeza hasta los tuétanos. Con el tierno alias de “Sinsonte”, se adentraba en la maleza a traficar el alma, sabrá Dios con quién, o acaso el Diablo mismo. Igual de escurridizo se nos escapó con 39 años en el 2011. Nadie podía sospechar que aquel roble se apagara de un soplón.

Él no pensaba ni nacer cuando otro 29 Lennon y Yoko se quedaron en Amsterdam para protestar desde una cama holandesa, contra la invasión a Vietnam. Usaban como blasón el rostro de humanas intimidades. Ahora ella tiene 80 y ha recorrido sin John parte del camino hacia la paz como auténtica guerrera.

Iván vivió grandes placeres, entre más intensos más prohibidos; nos dejó con sus dos niños y debió irse con angustias en lugar de alivios. Yoko también se dio al intenso gozo y al desgarramiento del dolor. La japonesa ha recordado el aniversario 44 de sus nupcias con una foto a las supuestas gafas ensangrentadas de John, con Manhattan de fondo.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Neni


Mi prima está en Venezuela. Cuando leí su mensaje ayer salía del hospital en la mañana, después de varias horas de guardia. Ella es intensivista, pero no ha podido curarse la nostalgia por su niño de cuatro años que la espera en Cuba.
Mi tía está en Camagüey. Cuando la llamé ayer en la tarde era un mar de llanto. Hacía unos minutos del mensaje de Neni al celular: “Chávez ha muerto. ¿Qué pasará? ”

martes, 5 de marzo de 2013

Cartas cosidas

 
Julia escribe con hilos sin descanso y cose una amistad en páginas de esperanza. Cuando la conocí, hace unos meses, acababa de recibir la única carta del año. Pero ella seguía lápiz en mano, buscando el bonito papel para contarle a su remitente cuánto hace por él desde en pueblito cubano.

Aquella mañana había que ver a la anciana compartiendo cada palabra que le llegó enardecida, a pesar del angustioso viaje desde una prisión. Mas ella traza el más íntimo de los diarios, a través de las esquelas, con los sentimientos en Minas por el hombre incautado.


Esta costurera de oficio nació en la comunidad de Amancio Rodríguez, en la costa sur de La Tunas. Jovencita se casó y vino a establecerse en uno de los ricos yacimientos humanos de Camagüey, que ha regado con cinco hijos, cinco nietos y una bisnieta. En la pequeña parece realizar su sueño de actriz de telenovelas.


lunes, 4 de marzo de 2013

Polémica trasquilada


El ejercicio cotidiano del criterio resulta cada vez más una utopía confiscada. Los espacios con apellidos de “reflexión y debate”, muy pronto se malogran, porque surgen con la aptitud cercenada a nivel del pensamiento.
La polémica suele ser un término manoseado en círculos intelectuales que a la larga dejan mucho que desear. Los intentos de discusiones en provincia quedan como triste caricatura de soliloquio, por la evidente ausencia de voluntad para asumir las refutaciones. Por lo general, hay poco público y se extrañan los funcionarios que pueden nutrirse de la cuestión.
De la historia nacional, me llama la atención este reflujo en la irreverencia de las ideas. El siglo XIX cubano es conocido como el siglo de las polémicas, porque los debates filosóficos se tornaron la lucha ideológica en la etapa colonial.
Entre las polémicas iniciales fue célebre la relacionada con la versión del método, la cual prendió la llamarada del juicio en 1838 en La Habana y Puerto Príncipe, hoy Camagüey, y terminó en Honduras en 1840.
Aquellos altercados fueron bien profundos y respetuosos, algo que se extraña en la actualidad, ya que lo común en nuestros días es la palabra pedestre y el desplome del porte de profesional.
En 1921, el historiador Ramiro Guerra hablaba de lo “inconsistente en la vida intelectual” del cubano, todo lo contrario a su emotividad, porque presionado por sus sentimientos “es capaz de demostrar las más altas cualidades de tenacidad, perseverancia y espíritu de sacrificio”.
Cuando pienso en el asunto, siempre recuerdo a un camagüeyano, el crítico de cine Juan Antonio García Borrero, preguntándose ¿hasta qué punto hemos carecido de un pensamiento crítico sistemático?. Si nos hemos quedado en el inventario de opiniones personales, ¿cómo fomentar una auténtica cultura de la polémica que nos haga crecer?
Sin dudas, resulta inminente la participación activa, con fundamento, con la mirada desde una perspectiva crítica a los problemas de la nación que nacen en nuestro seno familiar.