martes, 16 de junio de 2015

Imagen y semejanza


Vivimos en el mundo de la imagen y cada vez la imagen resulta más indómita. Cualquiera graba. Las herramientas de edición están a mano. Discos duros, devedés, memorias flash soportan un sinfín de contenidos. Las salas de cine continúan casi vacías. La televisión sigue perdiendo audiencia. Los hogares abren la puerta a la seudocultura en el paquete dominante de la semana. Ante el constante flujo de material audiovisual, ¿cómo no perder las coordenadas de lo que somos, de lo que hemos construido, de lo que queremos?

Entre mirar y ser mirados se debaten los nuevos realizadores. La seducción por la cámara ha enfocado su necesidad intrínseca: crear primero, incluso sin tener la justa claridad de lo que quieren contar. No siempre los buenos proyectos terminan como buenas realizaciones. Pero los jóvenes están visibilizando las historias cotidianas. Y en la obra de los jóvenes ha quedado registrada la memoria de la realidad cubana de los últimos años.
“Interpretar la realidad es casi llegar a transformarla”, decía la Maestra de Juventudes Grazziella Pogolotti durante el segundo Congreso de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), en octubre del 2013. Ese cónclave dejó más preguntas que respuestas. La sección de Audiovisuales de Camagüey se cuestiona: ¿Prolongamos el debate? ¿Cuál Asociación necesitamos? ¿Qué hemos hecho después del Congreso?
El rediseño del país impulsa nuevas relaciones. Los jóvenes realizadores buscan su espacio. Insisten en el reconocimiento del creador audiovisual como figura jurídica. Solicitan amparo legal para las productoras autónomas. La característica de nuestra época como puramente visual ha reacondicionado la imaginación a la ecuación algorítmica de las nuevas tecnologías de la imagen. Por eso es tan importante la visión interdisciplinaria con medios y tecnologías.
El universo audiovisual es el mayor difusor de contenidos. La AHS ha situado en la balanza el retroceso del gusto, las demandas de público. Los jóvenes están mirando con sentido crítico y reflexivo. Los jóvenes quieren provocar el diálogo con las audiencias. Los jóvenes intentan generar opinión, debate, análisis en torno a temas esenciales de la cultura. Los jóvenes quieren estimular la cultura de pensamiento, a partir de las necesidades comunicacionales del contexto. Colocando bien el ojo en la cámara pueden lograr que la cultura se integre a la subjetividad como fuerza actuante.
Parece que molesta la terquedad de la AHS con los medios oficiales de comunicación. La Asociación pudiera desistir de los medios, pero apuesta por el acompañamiento.
También hay otras preocupaciones en primer plano. Son preocupaciones al interior de la Asociación. Para que la Asociación haga suficiente por el asociado, debe atenderlo como individualidad. El creador requiere el apoyo de la organización para preservar el patrimonio audiovisual, para acceder a oportunidades de capacitación, para recibir la promoción merecida. Por otro lado, conviene analizar si el asociado corresponde a la Asociación en la justa medida. Al menos saltan a la vista ejemplos de provechosa comunión.
La Muestra Audiovisual “Almacén de la Imagen” mantiene la condición del principal evento de su tipo dentro de la organización. El pitching que le nació sigue siendo un incentivo, a pesar de las fallas en el cumplimiento de los compromisos. Su extensión comunitaria con el proyecto “Cine en los Barrios” merece el elogio por la intención. El Movimiento Audiovisual Nuevitero y su evento Hieroscopia crecen como caso descentralizador.
La sección de Audiovisuales de Camagüey tiene fortalezas y vulnerabilidades. Sus integrantes quizá no acudan a la Casa del Joven Creador como pudieran. Andan perfeccionando guiones o buscando financiamiento. Unos logran propuestas atractivas y otros, más discretas. Entablan un diálogo directo con la realidad o evocan el pasado. Tienen recaídas en convencionalismos, pero de pruebas y errores está lleno el camino a la madurez. Sin embargo, no se les puede negar la audacia, la curiosidad, la diversidad de enfoques, intereses y calidades estéticas. Han de ser arriesgados para tomar la imagen con responsable antojo.

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