martes, 20 de febrero de 2018

Cuando Carlos Acosta nos dio su corazón


Hace siete años que este célebre bailarín cumplió su sueño de bailar para los cubanos de tierra adentro. Como regresa a Camagüey ya con una compañía, la Acosta Danza, rescato lo que publiqué en el semanario Adelante, el 27 de noviembre del 2010, como un ejercicio de entrevista a partir de los únicos cinco minutos que dieron a colegas de la prensa para intercambiar con él. Espero que la disfruten y no dejen de verlo mañana en el Teatro Principal, donde Carlos Acosta volverá a bailar.

Mi corazón entero para todos ustedes”

Caballero, me van a matar del corazón”, así empezó a despedirse Carlos Acosta del “Principal”. Le habían entregado las distinciones y quiso reponer con las palabras aquella suite muy suya de amistad, amor, de cubanía, para el pueblo camagüeyano: “Mi corazón entero para todos ustedes”. Después cerraron el telón, pero nosotros, los intrusos, lo buscamos para que contara más de este teatro y él, de la gira y su danza para Cuba.

viernes, 16 de febrero de 2018

La hoja de la caleta (II)


Dos viernes atrás dirigimos nuestra mirada a La hoja de la caleta, desde la visión de habitantes de Santa Cruz del Sur, por la pervivencia en ellos de la experiencia del rodaje, y porque sus protagonismos visibles o anónimos fueron vitales para la concreción de esta película. Hoy enfocaremos el otro equipo de realización, para calibrar lo que no se ve en la pantalla.

La primera exhibición en la ciudad de Camagüey de ese filme cubano dirigido por Mirta González y Jorge Campanería ocurrió el 27 de enero en El Circuito, donde antes funcionó el cine Encanto. Justo allí afloró lo insospechado.

viernes, 2 de febrero de 2018

La hoja de la caleta (I)


El que piense que La hoja de la caleta es solo un filme, se equivoca. Como largometraje de 70 minutos es lo más evidente de un proyecto sociocultural fortuito en Santa Cruz del Sur. Si el rodaje duró 21 días y ocurrió hace cuatro años, ¿por qué los pobladores lo tratan como un hecho reciente?

La idea ingenua de la premier me llevó hasta allá. Poco antes había llovido, pero aquella noche era especial. La imagen lució estupenda en la pantalla. La obra se vio casi como en el habanero cine Chaplin, y me permito la comparación por los riesgos de las proyecciones en espacios a cielo abierto.

Sin embargo, el estreno no significó el encantamiento de la primera vez, porque los santacruceños meses atrás habían visto algo, una copia de trabajo que no era la definitiva, debido a ese contrabando nacional del “Paquete”. ¿Entonces por qué fueron al parque? Alguien lo atribuyó a que “en estos pueblos no pasa nada”. Su razón no me convenció, porque ni siquiera el equipo de realización ─de La Habana y de la ciudad de Camagüey─ está plenamente consciente del impacto real de “La caleta”, como el mismo pueblo llama la película.