Propongo
un bolero para hablar de Juan Almeida. No hay género mejor para
interpretar, con puro sentimiento, dos pentagramas de historia con
que tocó fuerte a Camagüey, con una canción y una mujer.
Decide
tú / qué vas a hacer con nuestras vidas. / Te toca a ti / tomar
ahora una decisión. / No te preguntes qué será, / ni lo que luego
pasará/ con este amor. / La planta suele dar la flor…
Fácil
decisión aquella del bolerista Simón Roberto en 1969 cuando el
Comandante de la Revolución, personalmente, le confió su antológica
pieza Decide
tú,
interpretada luego por Elena Burke, la Señora Sentimiento.
Almeida
había escuchado la voz camagüeyana en el cabaret de San Pedro del
Mar, de Santiago de Cuba y, en el Hotel Imperial, catálogo en mano,
hizo la proposición.
Ambos
coincidieron después en las provincias de Las Villas y Pinar del Río
y el repertorio de Simón creció en obras del autor de Lupita,
igual que el de la cancionística cubana.
También
Juan Almeida quedó seducido por la mítica Dolores Rondón que en el
siglo XIX enloqueció de amor a un mulato, quien, a pesar de los
desplantes y rechazos de la criolla presumida, cuidó de ella cuando
pobre y enferma moría en el hospital de El Carmen.
El
Comandante envolvió a la mujer legendaria casi en otra leyenda al
musicalizar el epitafio de su tumba, el más famoso del Cementerio
del Santo Cristo del Buen Viaje.
Aquí
Dolores Rondón / finalizó su carrera / ven mortal y considera / las
grandezas cuáles son / la opulencia y el poder / todo llega a
fenecer / pues solo se inmortaliza / el mal que se economiza / y el
bien que se pueda hacer.
Corría
la zafra del ´70 y Almeida encabezaba en el territorio la Operación
Mambí, coligada a esa contienda. Como respuesta a la convocatoria
del entonces Instituto Cubano de Radiodifusión (ICR) y el Consejo
Nacional de Cultura, la vanguardia artística llegaba en brigada a
los campamentos azucareros.
En
aquellas andanzas la orquesta de Elio Revé fue a dar a la emisora
Radio Cadena Agramonte cerca de la medianoche, cuando concluían las
transmisiones, y a esa hora comenzó la labor con el fallecido
grabador Raúl Fortes Prendes. Según Francisco Rivero, Premio
Nacional de Locución, entonces delegado provincial del ICR, se
realizó en condiciones técnicas inapropiadas.
El
dirigente daba sus vueltas hasta que alrededor de las tres de la
mañana entabló cierta controversia con Fortes Prendes, cuenta el
periodista Pedro Paneque Ruiz. Entonces “esa es la que es” –como
dijo-- permanece en cinta magnetofónica. Y así trasluce otra prueba
de la sobrevida de un hombre de pasiones múltiples: la escuela de
oficios, el asalto al Moncada, la guerrilla en la Sierra Maestra, la
Revolución en el poder... la música y siempre la música.